El estilo rústico siempre consigue crear ambientes relajados, tradicionales y acogedores. Su principal característica es que siempre consigue tener la naturaleza presente ya sea a través de los materiales como de los textiles. Se trata de un estilo que no pasa de moda y que es perfecto para cualquier estación del año. Y si ya tienes la suerte de vivir en una zona de campo, tu salón será tu principal lugar de refugio para conseguir paz y armonía dentro de tu hogar. ¿Quieres saber cómo puedes conseguirlo?
Mucha madera
Sin duda alguna la madera es el material por excelencia en el estilo rústico. Los suelos, las paredes y techos suelen estar cubiertas siempre de madera o acabados en este material. Podemos elegirlo en un tono más natural, suave o intenso. En los últimos años el blanco también ha conseguido colarse entre el color estrella de los ambientes rústicos, incluso en los muebles. Sin embargo, los muebles de estilo antiguo y materiales naturales siguen siendo los que mejor encajan en estos espacios.
Naturaleza
Todo aquello que tenga que ver con la naturaleza será perfecto para un salón con estilo rústico. Las piedras, chimeneas, textiles… Conseguirán conectar el exterior con el interior de tu salón. Los tonos tierra son también perfectos para plasmar la esencia de la vida en el campo sin tener que alejarnos de la comodidad de la vida moderna. Por tanto, no dejes de lado los colores y materiales que te acerquen un poquito más al entorno natural.
Los sofás
El sofá es el gran protagonista del salón y en el estilo rústico es más fácil de encajar de lo que creemos. Para conseguir hacerlo destacar entre este estilo cargado de elementos, es importante que el sofá o los sillones sean mullidos y transmitan sensación de calidez y comodidad. Además, acompañados de cojines o mantas tendrá el toque rústico que tanto buscamos conseguir. Las butacas de mimbre o materiales similares son también muy típicos de este estilo junto a las mesas de centro de madera o incluso metálicas.
Tonos tierra
Si pensamos en un salón rústico, es sencillo pensar en colores tierra y es que son los tonos estrella para decorar cualquier espacio en el que queramos conseguir un estilo como este. Los blancos rotos, beis, color topo o marrón clarito son la combinación perfecta. Intenta combinar estos colores con otros que también recuerden a la naturaleza, como puede ser el verde de las plantas o el azul, que nos hagan recordar el entorno natural en el que podría estar instalada una casa en el campo.
La chimenea
¿Y qué no puede faltar en un salón rústico? ¡Una chimenea! Es un elemento que sin duda alguna apoya con fuerza el estilo rústico. Puede ser de obra o puede ser insertada a posteriori. Pero no me digáis que al pensar en un salón de este estilo, lo primero que os viene a la cabeza no es una chimenea. Y aunque sea perfecta para los meses de invierno, en verano también se les puede sacar partido decorándolas con velas, cestos o incluso flores. ¿Qué te parece?
Paredes con piedra
¿Hay algo más rústico que una pared de piedra? Claro que no. Cualquier salón con una pared con este acabo nos hará pensar en una casa de campo con texturas, y es que los amantes del rústico no suelen ser muy amantes de las superficies lisas y pulidas.
Textiles naturales
A la hora de hacer la elección de los textiles para decorar el salón, es importante elegir tejidos naturales; lana, lino, algodón… Los amantes de lo rústico además adoran las texturas gruesas que también se asocia con este estilo de decoración. Prueba a hacerte con alguna manta gruesa que puedes utilizar para decorar el sofá y cubrirte cuando haga frío.
Alfombras
Son capaces de crear ambientes acogedores y cálidos, por lo que en un salón con estilo rústico no puede faltar una o varias alfombras gruesas. Quedan perfectas bajo la mesa de centro, en un rincón de lectura o delante de la chimenea. Y una vez llegado el verano, puedes cambiarlas por otras de materiales más finos como la fibra o el algodón. Estamos seguros de que quedarán estupendas.
Fotos: Pinterest
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